La exoneración entre lo perverso y lo inmoral



Para la T4a es “legal”, pero la percepción popular, “legaloide”

Por Luis Repper Jaramillo*

lrepperjaramillo@yahoo.com

¿Qué fue, Andrés?, sumisión, miedo, pánico, entreguismo, pago de factura, ineptitud, “compromiso”, simulación, acatamiento (a una orden), temor a quedar mal con los castrenses… ¿qué fue, Andrés?

Porque vil, perversa y cínicamente exonerar al General, en retiro, Salvador Cienfuegos Cepeda, de los cargos de corrupción y lavado de dinero del narcotráfico, por los que fue detenido, procesado y luego desistido en la Corte de Nueva York, pese a tener un voluminoso expediente estructurado por la DEA, FBI, CIA para “ser juzgado” en México por nuestras leyes, fue otro petardazo, López, de tu miserable y convenenciera guerra contra la corrupción, que fue bandera de tu tercer intento por ganar la elección presidencial (2018). Hoy demuestras la falacia de tus promesas de campaña y tu entreguismo a las fuerzas armadas del país.

Para ti, Peje, no existe 2 de octubre de 1968, jueves de Corpus (junio 10 de 1971. Halconazo), Tlatlaya, octubre de 2014. Nochixtlán, Oaxaca, junio 2016, y varios etcéteras, en donde militares en activo o habilitados como Policía Federal, sin misericordia, sí con sus poderosas armas, masacraron estudiantes, ciudadanos, inconformes, maestros disidentes, ancianos, mujeres, niños, “colaterales” para salvar tu pellejo dando en bandeja de plata la libertad (exoneración) al General Cienfuegos, compinche de Enrique Peña Nieto, en el perverso juego de lavado de dinero y deferencia (omisión, ojo de hormiga, simulación, “entres”, indiferencia) del gobierno federal con la delincuencia organizada.

Las pruebas te fueron entregadas por la DEA cuando extraditaron al mando militar a México. Estoy absolutamente seguro que ni tú, tus consejeros, asesores, el Fiscal, el Canciller (jajajajaja), el asesor jurídico de la presidencia, leyeron, hojearon, vieron, comentaron o analizaron el expediente. Parece que lo estoy viendo, tal cual llegó, lo entregaste al “florero” Alejandro Gertz Manero, Fiscal General de la República, para que procediera, con una nota prendida con clip, diciendo, “hazte loco, archívalo unos meses y cuando haya problemas (ya tenía presencia COVID 19) en México, lo sueltas sin corrección, “para salvar el pellejo” a Cienfuegos; como “cortina de humo” para distraer la atención”.

Tres instancias de inteligencia norteamericana (DEA, FBI, CIA) no se equivocan, el seguimiento a Salvador Cienfuegos Cepeda inició en 2013 (sexenio priista de Peña Nieto). Fue hasta octubre de 2020, en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, California, que los agentes policiacos interceptaron al mando quien arribo para pasar con su familia “merecidas” vacaciones, capturándolo y presentado a la autoridad judicial de ese país. Para que, en Nueva York, en tribunales, iniciara el juicio, por lavado de dinero y asociación delictuosa. 

Lo demás ya es historia. Enero de 2021, por gracia y presiones de los mandos militares, López Obrador, malévolamente -ya ordenado al Fiscal, Gertz- dispuso que el inculpado (en Estados Unidos, jamás en México) sea eximido. Una decisión ridícula, entreguista de quien toma y ordena todo lo que se haga en este país, a través de la Transformación de 4ª: Andrés Manuel López Obrador.

La Fiscalía General de la República fue sólo una oficialía de partes del expediente versus Salvador Cienfuegos, quien desde que abordó el avión de la FGR en la Ciudad de Nueva York, sabía que era “vergonzosamente libre”, que López Obrador no movería un dedo para realizar una investigación profesional en México y que sería cuestión de semanas para públicamente exonerarlo y lavar su imagen.

Exoneración negociada desde noviembre de 2018, en Palacio Nacional, cuando Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel, días antes del relevo sostuvieron 2 reuniones ultra secretas, en donde solo estuvieron ambos. Quiero imaginar que se leyeron las cartas y pusieron sobre la mesa, nombres de quienes serían “intocables” del sexenio saliente, entre ellos -ya se vio- Salvador Cienfuegos, Luis Videgaray, Luis Miranda Nava, el propio Peña Nieto, miembros del Grupo Atlacomulco y su rémora Los Golden Boys, liderado por Enrique Peña. Además Miguel Ángel Osorio Chong.

¿Qué le sabrá el mexiquense al tabasqueño para que le cumpla a pie juntillas los “Acuerdos de Palacio”?

La férrea defensa que hace López Obrador del ex secretario de la Defensa Nacional, quien de manera irresponsable y rompiendo el Protocolo de la Cancillería y de Palacio Nacional 

de respetar la autodeterminación de los pueblos y de política exterior, se atrevió -sin pruebas- desde su nicho de las mañaneras, acusar a la DEA de fabricar delitos al General Salvador Cienfuegos. Imputación temeraria, torpe, sin fundamentos (si tiene sus datos que los exhiba, si no que caye) pues no es lo mismo la justicia mexicana que la norteamericana, que por desgracia aquí ésta se vende al mejor postor, de ahí tanta impunidad (¿verdad Ebrard, Napito, Bartlett, Eréndira, Pio?, etc.)

De inmediato, el Departamento de Justicia de la Unión Americana reaccionó a las declaraciones de López, “los Estados Unidos se reservan el derecho de reiniciar el enjuiciamiento a Cienfuegos si el Gobierno de México no lo hace” declaró un vocero del Departamento.

Quien cobra jugoso salario en Relaciones Exteriores, sin merecerlo, Marcelo Ebrard, también salió en defensa del mando militar -porque López lo dijo primero- “debido a que la Fiscalía General de la República (del florero Gertz) “investigó” a Salvador Cienfuegos (la DEA los hizo durante 8 años, la FGR sólo 3 meses) y determinó que no había elementos para procesarlo, el caso no fue suicida para México” … ¡Zas!

Entonces, Andrés, Marcelo, ¿DEA, FBI, CIA mienten? ¿El voluminoso expediente está lleno de falacias? ... No lo creo. 8 años de indagatorias, entrevistas, cruzamiento de datos, interrogatorios y más, son elementos suficientes que sostienen la demanda. No 2 meses y semanas medio investigando, desde la comodidad de la mullida oficina de Gertz Manera, la relación indecente de Cienfuegos con el narco y la limpieza de dinero sucio de sangre y extorsión, que para la Transformación de 4ª fueron suficientes para limpiar la culposa imagen de un General 4 estrellas, amigo y protector de Peña Nieto. ¡Justicia a la mexicana!

Tal decisión sigue provocando reacciones contrarias en Estados Unidos. Otro funcionario del Departamento de Justicia, cercano a la Corte en donde se desarrolló el juicio y posterior desistimiento, pidiendo reservar su nombre, voz e imagen, acusó “no estoy decepcionado por la exoneración. Me había resignado a que así sería al final. Simplemente no es una sorpresa. México es un narcoestado”.

Yo le corregiría, no es México sino el Gobierno de la Transformación de 4ª, que regentea López Obrador, quien negoció con el narco “perdón y olvido”, el favor que le hizo a Ovidio Guzmán López (hijo del Chapo) ya detenido y esposado, ordenando a las fuerzas armadas dejarlo libre. La filial amistad, deferencia, cariño que le profesa a Consuelo Loera, madre y abuela del Chapo y de Ovidio, eso es narco mandatario. Los mexicanos que hacemos la Patria, el Estado, la ciudadanía no merecemos ser catalogados como “narco estado”, pues el calificativo está plenamente identificado.

Le digo a Cienfuegos, a Ebrard, a López Obrador, a Gertz Manero, a Julio Sherer y coludidos con la exoneración que la decisión tiene dos conceptos: lo legal y lo moral. Ustedes fallaron en ambos, en el primero no se realizó el debido proceso, contando la Fiscalía con los elementos suficientes proporcionados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, tras 8 años de investigaciones. Aquí, por compromiso, sumisión, miedo, ¿o qué? se eximió el deportado.

En lo moral, se perdió el respeto a la imagen presidencial y demás achichintles de la T4a. No hay credibilidad ni apoyo cuando López dispone y ordena “marranadas” como esta. Moralmente, insisto, están derrotados.

No imagino como Cienfuegos podrá sentarse a la mesa para comer con su familia cuando sabe que sigue siendo responsable de los cargos que se le imputan, pero por un acuerdo “en lo oscurito” entre su ex jefe Peña Nieto y López Obrador, está incluido entre los beneficiarios de impunidad “negociada” en noviembre de 2018 en Palacio Nacional. ¡Qué vergüenza!


*Miembro de los Grupos Editoriales Digitales www.radioexpresionmexico.com (REM) y de www.latitudmegalopolis.com (LM)                               


   








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